La semana pasada, mi querida amiga Laila se estrenó como madre de David.
De origen libanés, Laila es un especimen extraño en su comunidad.
Sus paisanas como les decimos cuando platicamos, generalmente andan buscando el kit felicidad: marido, camioneta, casa, hijos, perro, gimnasio y hartas clases de cualquier tópico para los escuincles.
A Laila nunca le ha interesado el kit felicidad. Al contrario, es la oveja negra de su familia. Como hija única nunca se ha visto en ningún matrimonio arreglado, tampoco anda buscando quién la mantenga. Ella tiene su propia empresa en donde hace estudios de política y clima organizacional y también da consultorías. Le va muy bien.
De su último noviazgo quedó embarazada. Cuando se lo comentó al tipo en cuestión le dijo que él no quería tener hijos. Acto seguido, mi amiga le dijo, "ok, entonces esta es una decisión mía"
Estaba en el hospital con su mamá cuando llegó una persona de servicio social a la habitación. Nos preguntó si Laila era madre soltera y le dijimos que sí. Lo dijo en un tono tan cortante y tan petulante que me pareció hasta grosero. Pero así es.
Si ser madre es complicado... ser madre soltera debe ser terriblemente complicado. No puedo ni imaginarlo yo que tengo solamente una hija y que durante muchas noches pasaba vigilias esperando a que se bajara la temperatura... o que ahora que ha crecido no sé cómo levantarla cuando se desmaya.
David es un niño sumamente afortunado porque lo amamos muchísimas personas. La mamá de Laila es una abuela inmensamente feliz que no ha dejado sola ni un momento a su hija. Su papá es un abuelo adorado que todo el tiempo desocupado lo pasa en el hospital tratando de entrar al cunero para ver a su nieto.
La sociedad no deja de tener determinadas reglas con las cuales debemos jugar y de las que es difícil de escapar. Yo lo veo hoy con Laila y lo he vivido en carne propia con mis amigas gays en un sinfin de situaciones que han aprendido a afrontar con humor.
También sé que David no es el primer niño cuya madre es soltera. Sin embargo, cuando pienso en él no quiero imaginar cuando vaya en el kinder y otro niño le pregunte cómo se llama su papá... sólo espero que, en ese momento David responda: Laila y es hermosa.
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