Martes, 6.50am. Estaba llegando a la oficina y vi que sobre Luz Saviñón, casi en la esquina con una calle que todavía no logro memorizar había un espacio sin las tradicionales cajas de cartón y cajones de madera. Pues que suerte! Así que me estacioné y me salí del coche.
Iba caminando hacia el edificio donde trabajo cuando alguien me grita desde la banqueta "¿Se va a tardar?"
Me empezó a hervir la sangre porque juro que los odio. Voltié y le dije "No le escucho". Chale, ya hasta un viene viene se atreve a gritarnos desde a otra acera... NO, definitivamente No.
Siguió gritando lo mismo y yo me hice la más tonta pero me acordé de una técnica que hizo mi amiga
Elba, así que regresé y empecé a tomarle fotos a mi coche y también a el viene viene. Se cruzó la calle y me vino a reclamar que no podía tomarle fotos. Y le dije que sí, que le estaba tomando fotos a mi coche porque si algo le pasaba entonces yo tenía la prueba. Y que se prende y me dice que pus quién sabe... que no me asegura nada. Y con más razón seguía yo sacando fotos con la cámara del celular.
El tipo estaba enfurecido, me decía que yo no podía tomarle fotos y ponía la mano. Yo le dije que claro que podía porque lo que él hacía de apartar la calle era un delito y yo no iba a ser presa ni del miedo ni mucho menos de su amenaza. Así que más le valía tomarse las cosas despacio porque ni me iba a quitar de ese lugar y mucho menos me iba a amedrentar. Se calentó más y me empezó a seguir a mi oficina. Yo lejos de asustarme me enojé mucho más y le dije, eso es acoso y lo puedo acusar con la policía.. dijo que la calle era libre y le dije, claro que es! Mejor vaya quitar sus cajones porque justamente la calle es libre.
El tipo siguió caminando a mi lado hasta que llegué al edificio donde los conserjes son de lo menos educado que uno puede llegar a conocer en la vida. Toqué para que me abrieran y lo hizo. El tipo se esperó y HASTA SE METIÓ AL ESTACIONAMIENTO DEL EDIFICIO y yo seguía tomándole fotos porque estaba muy enojada y le dije: si me pasa algo a mí o a mi coche se van contra usted. Y el me dijo, pos ni me conoces, yo sí sé dónde vives...
Le dije: Perfecto. Esa es una amenaza concreta porque no solamente me estás siguiendo sino que me acosas y me amenazas. Ustedes son muy tontos porque se le ponen al brinco a una mujer pensando que somos muy tontas. Pues no, conmigo te equivocas porque no te tengo miedo. Y seguía tomándole fotos, lo que prácticamente lo hizo enloquecer.
Finalmente se fue y yo me metí a mi oficina. Al poco rato llegó Laila porque teníamos que viajar a Puebla y le conté. Salimos a comprar un cafe y yo lo decía fuerte, para que los demás viene viene lo escucharan. Sin embargo, no vi al tipo con el que tuve el problema media hora antes. Tampoco lo vi cuando regresamos de Puebla y tampoco a la hora de la salida.
Cuando me llamó mi marido le platiqué lo que había pasado y casi va a Puebla a ver si estaba bien. Sin embargo, estamos a la espera de volver a verlo para llamar a una patrulla y que ponga las cosas en claro. Ayer tampoco lo vi. Hoy salgo en un rato al banco para ver si me lo encuentro. No puedo vivir en el pánico de un tipo que infringe la ley y que además acosa y amenaza. Definitivamente no estoy dispuesta y, por suerte, tengo los medios para solicitarle a la policía que ponga el remedio. Llego muy temprano a trabajar y no puedo vivir con el alma en un hilo porque siempre que llego está oscuro y aunque hay gente en la calle porque la zona es muy transitada, no voy a llegar todos los días a trabajar con la zozobra de lo que pueda pasar
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