Definitivamente la tecnología le ha dado un vuelco a esta Navidad. El otro día una antigua compañera de trabajo me envió una liga con su Bazar Navideño en Facebook.
Tomó una serie de fotografías de todas las cosas que hace: pulseras, anillos, colgantes para el celular, corbateros y collares. Fotos buenas, con buen detalle y con muchos modelos para darle gusto a todos.
Todo tenía precio, así que no había ninguna sorpresa. Decía qué materiales había usado y, sinceramente, no eran costos exhorbitantes.
Cuando trabajamos juntas le compraba pulseras con mucha frecuencia pero luego dejamos de ir a la misma oficina, así que la compra se interrumpió. Así como yo, muchas otras ex compañeras la reencontramos y tenemos la ventaja de volver a comprarle porque o va a nuestras casas o la podemos visitar en la suya.
Es más, en uno de los post que le escribió una persona, le dice qué modelos quiere y le pide que se los mandé por paquetería (claro, incluyendo el pago de la mensajería).
Esta me pareció una excelente idea para dar a conocer un negocio entre puros amigos y conocidos. Créanme, no se trata de una línea exclusiva de joyería, sino bisutería de buena calidad, con diseños distintos y precios maravillosos.
Caso contrario, una de mis mejores amigas tiene algún tiempo diseñando joyas. Es INCREÍBLE lo que hace. Muchos que me conocen han visto algunos de los anillos que uso y son únicos, punto. Ella es más modesta para dar a conocer sus cosas. Todo ha sido de boca en boca y aún así, vende.
¿Se imaginan si ella empezara a utilizar el Facebook para darle a conocer a nuestos amigos las maravillas que diseña?
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