jueves, 22 de enero de 2009

El enemigo llama a casa

Tengo una hija de 12 años y ayer me aventé un discurso de madre responsable para explicarle que no estaba enojada con ella (porque reprobó 4 materias en este bimestres y 5 en el pasado) pero que ya había foco rojo en el asunto escuela. Todo iba muy bien hasta que sonó el teléfono.

-Buenas noches señora, ¿se encuentra Agnese?
-¿Quién le llama?
-Alex

¡¡Ay wey!! La voz no era de una niñita fresa como suele suceder ¡sino de un wey! Sí, de un escuincle fresa (pero muy decente).
Como el chamaco en cuestión (al que denominaremos enemigo a partir de aquí y hasta darle delete) había interrumpido mi santo sermón de la responsabilidad, le dije que le llamara en 10 minutos.

Pasó el tiempo y el sermón también.
Pensé que ya no llamaría porque habían pasado más de 10 minutos cuando vuelve a sonar el teléfono... Chale!

Pos ya, se lo pasé a Agnese que había escuchado que le había hablado Alex...

Mi hija se fue a su recámara para platicar. Mucha risa, mucho comentario corto característico de su edad: "¡Noooo!", "¿Sí?" "¿Te cae?", ¿En serio??"

Pasaron cerca de dos horas y seguía la risa y los comentarios pero como ya eran cerca de las 10 de la noche decidí que la plática amena y simpática se tenía que acabar.

Chale... hasta ahora no tengo mucho detalle de la conversación sólo que "Alex es muy simpático".
Quiero ver si al papá de Agnese le parece muy simpático el enemigo.

PD. Si alguien sabe de algún lugar clandestino en el que se vendan armas, o bien, si alguien vende o canjea una escopeta, favor de escribir.

4 comentarios:

  1. No sé si sea un asunto de armas. Pero si me permite un comentario, le pido que por favor lleve a su baby al ginecólogo. Ayer platiqué con mi mamá y me pidió perdón por pensar que nunca crecería. Las consecuencias: VPH. Hable con su hija, llévela al médico y empiece el tratamiento de vacunas contra el Virus. Si yo hubiera sabido de esto nada habría ocurrido. Ahora hay que vivir con dignidad y agradecimiento por no tener algo más grave. Ojalá lo tome como un consejo. Le quiero

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  2. Por supuesto que sí y admiro mucho sus palabras. Cielos! no sé que haría en ese caso...
    Lo que hoy sé es que ya no hay vuelta atrás, que ella está creciendo y que pronto habrá otros que llamen y que la inviten a salir. Es la ley de la vida, dicen. Y basta con que yo lo recuerde, punto.

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  3. Pues a penas es el inicio. El ginecólogo es lo último que a uno ocurre pensar, pero cierto, con estas nuevas generaciones ya es una necesidad.
    Aún te falta verla reir y emocionarse con muchos Alex, también la vas a ver llorar. Espero que le ayudes a estar preparada para cuando eso sucede.
    Nadie nos enseña a reir y nadie nos enseña a llorar y a ver que la vida pasa y que no pasa nada.
    A mi no me enseñaron a llorar, me hubiera gustado mucho, creo que sería más feliz, viviría la vida con más simpatia y sin agobio y no tendría tantas noches de insomnio debatiéndome entre mis pensamientos

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  4. Lo sé. Lo difícil es que a mí tampoco me enseñaron a llorar. Hoy me topo con situaciones en las que sé que un par de lagrimitas no me vendrían mal... pero no salen.
    Sin embargo, estoy tratando de resolver eso. Mi terapeuta me dijo que tengo que aprender a sentir...

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