Contrario a lo que he hecho durante mucho tiempo, ahora no quiero pensar y solamente quiero sentir.
Y es que pensándolo hasta podría encontrarlo irracional e irresponsable.
Este amor que siento es eso: completamente irracional. No tiene lógica, no tiene sentido, es demasiado, se me desborda y me inunca por dentro y por fuera. Y no pienso en el peligro, en las consecuencias, en el control y la seguridad... al contrario, solamente siento y siento y sigo sintiendo y tengo vuelcos en el estómago cuando él dice algo.
Recuerdo cuando tenía 18 años que una de mis amigas estaba enamorada de su novio y quería casarse con él. Ella es tres años mayor que yo y su novio otros tantos, así que no era una niña.
Lo veía un tanto como escape de una vida de carencias que ya no quería seguir pasando. Amaba a sus padres y a su hermana pero quería iniciar una vida distinta, viajar, tener una relación en pareja, llegar a su casa y acomodar flores en un jarrón.
Yo tenía una historia de vida diferente y no la entendía. Para mí casarse era atarse a alguien y yo pensaba en conocer a la gente, viajar, disfrutar de la soledad, de mis espacios, de mis objetivos, de mi tiempo, de mi control en donde nadie lo alterara.
Ella me decía que podía viajar con él, que no le interesaba el compartir las cosas con él, todo lo contrario. Que para qué tener independencia si lo que quería era un compañero en su vida... y yo pensaba que estaba buscando un segundo papá, uno que sí fuera como ella lo había soñado.
No sé en qué acabó su historia. Sé que se casó porque a él lo sigo viendo pero me da miedo preguntarle por ella. A él lo veo bien, sonríe y es muy afable siempre. De ella no sé...
Curiosamente, la vez anterior que Mario estuvo en mi casa quise darle la foto de la graduación de tercero de secundaria para que nos viéramos hace 25 años. No me había dado cuenta que detrás venía otra fotografía: la de mi amiga y yo en una alberca, justo en un viaje que hicimos ella, su novio (con el que después se casó) y yo.
No pude evitar recordar como ella lo tenía bien claro, como ella trabajó para empezar una vida a lado de su esposo. Evidentemente, no pude pensar en empezar una vida a mis 40 años.
Dejarlo todo?
Empezar desde cero?
Pues lo he pensado, lo he planeado y lo tengo decidido.
Sí vale la pena y, por primera vez en mi vida, no tengo miedo. No temo que no funcione, no pienso en que dejaré todo por alguien que en algún momento me traicionará, me dejará de amar, me dará la espalda... todo lo contrario. Estoy segura de lo que siento y me basta y sobra. Sin embargo, por si fuera poco, también confío plenamente en lo que él siente y quiere.
Sí vale la pena y lo quiero
Y solo por hoy quiero ser irracional
por un momento quiero olvidar todo y a todos
por un instnte quiero ser irracional e iresponsable
Anulo todo aquello que me impide seguir así, contemplando este amor
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